¿Quién elige?
Recientemente se ha venido manejando la posibilidad de que en el PAN se elija al candidato a la presidencia municipal por medio de una encuesta. Si bien esto no es nuevo, ya que se utilizó este método en las elecciones anteriores, lo increíble es que se pretenda seguir utilizándolo.
Aunque las encuestas se han puesto muy de moda para tratar de predecir quién obtendrá cierto cargo público en las próximas elecciones (desde el presidente municipal hasta el de la nación), los resultados que muestran no siempre corresponden a los resultados dados por el IFE después de la elección. Las encuestas que más se acercan al resultado oficial son los conteos rápidos que se realizan afuera de las casillas el día de la elección.
Hay que considerar también que las encuestas son realizadas por empresas privadas, cuyo principal interés es económico. Empresas que, como cualquier otra, son creadas con el fin de obtener dinero, no con el fin de contribuir a la democracia, a diferencia de instituciones como el IFE y los tribunales electorales.
Dejar este tipo de decisiones en manos de un particular que puede manipular los datos para su propio beneficio, no es un procedimiento muy democrático.
A esto hay que agregarle otros factores que pueden afectar al resultado de la misma. Iniciando por el mismo diseño de la encuesta. La forma de hacer las preguntas, por ejemplo no es lo mismo preguntar "¿Por quién votará usted en las próximas elecciones?" a "¿Quién le gustaría a usted que fuera su próximo presidente?".
Luego, el procedimiento de muestreo. No es igual hacer la encuesta en el centro de la ciudad que en la periferia. Aunque es obvio que deben considerarse ambos puntos, la pregunta es ¿a cuánta gente encuestar en cada punto? ¿Se realizará en base a la densidad demográfica de cada zona de la ciudad? ¿O con base en la distribución económica? ¿O basados en la distribución de la participación en las pasadas elecciones? Las posibilidades son muchas.
¿Y qué pasa si se realizan frente a una barda pintada con el nombre de un candidato? Es muy posible que la persona responda en la encuesta el nombre del único candidato del que recuerde el nombre, y si está frente a su barda, obviamente va a ser por quien esta persona responda en la encuesta que va a votar, aunque a la hora de la votación real cambie de opinión o ni siquiera acuda a votar. Esta es solo una de tantas formas de controlar las respuestas en una encuesta.
A esto también se le suma la seriedad que pueda tener la empresa encuestadora y su equipo de trabajo. Si recordamos la escuela cuando nos daban Estadística (a cualquier nivel) y teníamos que hacer una encuesta, la mayoría inventábamos los datos porque no habíamos tenido tiempo de ir a encuestar y ya faltaba poco tiempo para entregar el trabajo. También hay que recordar que a veces manipulábamos los datos para la hipótesis fuera correcta y obtener una buena calificación en ese trabajo. Más del 80% de las encuestas realizadas por estudiantes para entregar como trabajo en una materia de la escuela son inventadas y/o manipuladas (al menos parcialmente). Esperamos que esto no incluya a las empresas encuestadoras serias, aunque contraten a estudiantes como encuestadores (y quienes no son estudiantes también son susceptibles de hacerlo). Esperemos a la vez que los sepan capacitar y más que nada comprometer con la búsqueda de la verdad para evitar todo lo mencionado.
Las encuestas realizadas con bastante anticipación a la elección (como las de los precandidatos) muestran más bien un reconocimiento de la persona o de su nombre, que la intención de voto. Es decir, quien tenga más y mejor propaganda (esto es, más recursos económicos) es quien aparecerá ganador en una encuesta, aunque a la hora de la elección no lo sea.
Un método de elección de candidato por medio de encuesta sólo sirve a quien no puede ganar de ninguna otra forma.
¿Qué hubiera pasado si el Partido Acción Nacional hubiera elegido a su candidato nacional por este método? Obviamente hubiera ganado Santiago Creel, quien en ese momento era el más conocido por tener un cargo público en la presidencia de la república, así como por sus continuas apariciones en televisión. Pero Santigo Creel no tenía posibilidades de ganarle a López Obrador. En cambio, se utilizó el método de votación interna donde triunfó Felipe Calderón. Ante esta situación, el PAN se mostró como un partido democrático que no designa a su candidato por dedazo (Fox eligiendo a Creel), sino en base a la voluntad de sus militantes. Gracias a esto, Calderón tiene ahora todo el apoyo de quienes apoyaban a Santiago Creel, además del posible voto de quienes no pensaban votar por el PAN antes de este proceso. Calderón tiene posibilidades reales de ganarle a López Obrador y el PAN de continuar en la silla presidencial, lo cual no hubiera pasado si se hubiera elegido al candidato por encuesta.